El clarificador secundario de aguas residuales es una de esas partes del sistema que no siempre se mencionan, pero que resultan indispensables para que todo funcione como debe.
En una planta de tratamiento, cada etapa tiene su papel: primero llegan las rejillas, luego los desarenadores, después los reactores biológicos… y justo antes del pulido final del agua, aparece este componente silencioso que define la calidad del efluente.
En GC Tratamiento, lo vemos todos los días. Es ahí donde el agua se tranquiliza, los sólidos biológicos se asientan y el proceso biológico cierra su ciclo.
De hecho, podríamos decir que el clarificador secundario de aguas residuales es el corazón del sistema: si no trabaja bien, todo el equilibrio del tratamiento se pierde.
Es en ese tanque donde realmente se decide si el agua que sale será clara, estable y lista para cumplir con la norma… o si habrá que volver a revisar todo el proceso.
¿Qué es un clarificador secundario en el tratamiento de aguas residuales?
Un clarificador secundario es un tanque diseñado para separar los sólidos biológicos del agua tratada después del proceso biológico.
Imagina un enorme recipiente donde el agua entra lentamente, casi sin turbulencia, para que los sólidos suspendidos —esa biomasa que limpió el agua— se depositen en el fondo.
El resultado es doble: por un lado, se obtiene agua clarificada; por otro, se concentra un lodo biológico que puede recircularse o evacuarse.
Así, el clarificador no solo limpia, también mantiene vivo el proceso.
En GC Tratamiento lo explicamos de forma simple: el clarificador secundario es el punto de descanso del sistema.
Ahí el agua se “asienta” y se separa lo que debe quedarse de lo que puede avanzar.
Etapas del tratamiento de aguas residuales
Para entenderlo bien, vale recordar que el tratamiento de aguas residuales tiene tres fases principales:
- Primaria, donde se eliminan sólidos grandes, arenas y grasas.
- Secundaria, donde microorganismos degradan la materia orgánica.
- Terciaria, donde se ajustan parámetros más finos (como nutrientes o desinfección).
El clarificador secundario de aguas residuales se ubica al final de la etapa biológica.
Ahí es donde el sistema “decanta” los lodos biológicos que el reactor ha generado. Sin él, el agua saldría turbia y los microorganismos se perderían, afectando todo el equilibrio del proceso.
¿Cuál es la diferencia entre clarificador primario y secundario?
Esta es una duda muy común, incluso entre operadores con experiencia.
El clarificador primario se encuentra antes del tratamiento biológico y su tarea es retirar los sólidos sedimentables del agua cruda, esos materiales que llegan directamente del drenaje.
El clarificador secundario de aguas residuales, en cambio, trabaja después del proceso biológico y se encarga de separar la biomasa activa (los microorganismos que limpiaron el agua).
En resumen:
- El primario separa sólidos inertes.
- El secundario separa sólidos vivos.
Y aunque ambos se parecen en estructura, su operación y control son completamente distintos.
Un error en el clarificador secundario puede comprometer la calidad del efluente, porque cualquier arrastre de lodo afecta el tratamiento completo.
¿Cómo funciona el clarificador secundario?
El principio es sencillo, pero su ejecución requiere precisión. Cuando el agua biológicamente tratada llega al clarificador secundario, la velocidad se reduce drásticamente.
Esto permite que las partículas suspendidas —principalmente flóculos biológicos— sedimenten lentamente hacia el fondo.
Ahí se forma una capa de lodo que se recolecta mediante un sistema de rastras mecánicas o conos, y luego se bombea de regreso al reactor o se envía a la línea de espesamiento de lodos.
Mientras tanto, el agua ya clarificada se eleva suavemente hacia la superficie y sale por vertederos o canaletas.
El equilibrio es delicado.
Si el flujo es demasiado alto, los lodos no alcanzan a sedimentar; si es muy bajo, los sólidos pueden fermentar.
Por eso, el diseño del clarificador secundario de aguas residuales debe adaptarse a las condiciones hidráulicas y biológicas de cada planta. No hay una receta universal.
¿Por qué es importante la evacuación de lodos?
Porque mantener la estabilidad del clarificador secundario de aguas residuales depende de eso.
Cuando los lodos no se evacúan a tiempo, se acumulan en el fondo, liberan gases y pueden flotar nuevamente, provocando que el efluente salga con turbidez.
Además, los lodos viejos pierden su capacidad de sedimentación, generando problemas de control en el reactor biológico.
En GC Tratamiento, solemos decir que el clarificador no solo debe clarificar, también debe respirar.
Y esa “respiración” ocurre cuando los sistemas de extracción de lodos —ya sea por rastras, bombas o conos— funcionan de forma continua y eficiente.
¿Qué tipos de clarificadores diseña GC Tratamiento?
Cada fuente de agua y cada proceso tienen su propio comportamiento.
Por eso, en GC Tratamiento diseñamos diferentes tipos de clarificador secundario aguas residuales, adaptados a las condiciones hidráulicas y al tipo de lodo.
Algunos de los más comunes son:
- Circulares con rastras mecánicas, los clásicos en plantas municipales.
- De doble cono, ideales para mejorar la sedimentación en caudales variables.
- De alta tasa, diseñados para maximizar capacidad sin ocupar gran superficie.
- Lamella, con placas inclinadas que aceleran la clarificación en espacios reducidos.
Cada uno tiene su propósito. La elección depende del caudal, la carga orgánica y el espacio disponible.
Y claro, también de la experiencia del equipo que lo diseña.
¿Cómo elegir el clarificador secundario de aguas residuales?
Aquí no hay una sola respuesta. El mejor clarificador secundario de aguas residuales no es el más grande ni el más costoso: es el que se adapta mejor a las condiciones del efluente y a las necesidades de operación.
En general, se consideran factores como:
- Caudal diario y los picos de operación.
- Tipo de biomasa generada en el reactor.
- El pH, la temperatura y la concentración de sólidos.
- Espacio disponible para la instalación.
En GC Tratamiento, cada proyecto comienza con un análisis hidráulico y biológico detallado.
A partir de esos datos, el equipo de ingeniería diseña un clarificador secundario de aguas residuales a medida, seleccionando el tipo, el sistema de recolección de lodos y los materiales más adecuados para cada caso.
GC Tratamiento, especialistas en sistemas de clarificación para plantas industriales
En GC Tratamiento llevamos años desarrollando sistemas de clarificación para plantas industriales y municipales en todo el país.
Cada clarificador secundario aguas residuales que fabricamos se diseña con base en datos reales del agua y con una meta clara: eficiencia, durabilidad y cumplimiento normativo.
Porque al final, un clarificador secundario aguas residuales no es solo un tanque más; es el equilibrio entre la ingeniería y el agua.
Y cuando está bien diseñado, todo el sistema lo agradece: el efluente es más claro, los lodos son más estables y la operación más sencilla.




